La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo".
Cuando François Mauriac pensó en esta frase seguramente estaba buscando una forma de darle sentido al sentimiento de vacío y el dolor que se experimenta cuando se pierde a un ser querido. Lo que probablemente no pensó el ganador de Premio Nóbel de Literatura, es que, si bien los recuerdos son maravillosos, no sustituye nunca la posibilidad de crear nuevos recuerdos junto a esa persona.
Es el egoismo propio del ser humano que nos hace sufrir al ver morir a alguien que quieres, pues esa persona ya no sufrirá nunca más. Nosotros queremos mantener a quienes amamos a nuestro lado por siempre y nos cuesta aceptar que Dios les tiene preparado otro destino.
Es el egoismo propio del ser humano que nos hace sufrir al ver morir a alguien que quieres, pues esa persona ya no sufrirá nunca más. Nosotros queremos mantener a quienes amamos a nuestro lado por siempre y nos cuesta aceptar que Dios les tiene preparado otro destino.
Yo no soy una persona sentimental, y en muchas ocasiones me he cuestionado a mí misma por ser insensible. No demuestro emociones y es muy difícil que llore. En los peores momentos suelo ser casi un robot y lo único que hago es racionalizar todo lo que ocurre a mi alrededor.
Quizás por esto viene mi pregunta. ¿Cómo le dices adiós a alguien que quisiste?, ¿Cómo te despides de alguien después de que ya se fue? Y comienzo a cuestionarlo todo, pero en especial me cuestiono a mí.
Este año se fueron dos personas invaluables y maravillosas ,y nunca tuve la oportunidad de decirles lo mucho que las quería y las quiero. Siempre postponiendo encuentros porque "luego tendremos tiempo"... pero ese tiempo nunca llegó.Y ahora es demasiado tarde para esas palabras que nunca llegarán, para esos abrazos que nunca sentiré y para esas sonrisas que no volveré a escuchar.
La ironía suele ser que de todas las personas en el mundo, parece que Dios se lleva más temprano a las más alegres, simpáticas, talentosas, creativas, ingeniosas e inteligentes. ¡Cómo si no nos hicieran falta acá en la tierra! Y no es que esté molesta con Él, confío en que tiene Sus razones para hacerlo, pero habiendo tanta gente mala, cruel y despiada en este mundo... ¿Por qué ellos?
Siempre he pensado que todas las personas tenemos una misión en el mundo. Los que se han ido, cumplieron la suya y sólo nos dejan los recuerdos y el placer de haber formado parte de sus vidas y ellos de las nuestras. Así como en su momento, nosotros también le dejaremos recuerdos a la gente que nos sobrevivirá.
No me queda más que contestar a la pregunta de "¿Cómo decir adiós? asegurando categóricamente que la respuesta más obvia es también la más simple y la más honesta: Uno no le dice adiós a las personas que quiere.
Jonathan y Mace... no voy a colocar acá una lista de sus virtudes, ni haré una breve biografía de ambos, y mucho menos una declaración de sentimientos, porque no sería yo. Sólo me queda decir que, como dijo Mauriac, sus recuerdos serán inmortalizados en mi memoria; pero lo más importante es que estoy tranquila porque sé que más temprano que tarde nos volveremos a encontrar.